jueves, 11 de marzo de 2010

LECCIONES DESDE CHILE

Nadie, absolutamente nadie está exento de sufrir una gran catástrofe como la que vivieron nuestros hermanos vecinos del cono sur. Es muy importante que cada una de estas tragedias nos permita mejorar y estar cada vez más preparados para afrontarlas.

Todos sabemos que la gran mayoría de nosotros los humanos somos muy inteligentes diez minutos después de sucedido un percance y es en este momento que decimos con autoridad asombrosa “pero cómo no se les ocurrió hacer esto o aquello..” La verdad que adelantarse y estar preparados a los eventos ya sean oportunidades o fatalidades es muy difícil. No obstante debemos por lo menos aprender de las lecciones.

En el caso de Chile tuve la oportunidad de escuchar parte de la entrevista radial que le hicieron desde la W al hoy presidente de esa gran nación y percibí lo claro que ya tiene la película de lo que hay que comenzar a hacer para que por lo menos estén capacitados y preparados para mitigar las consecuencias de un nuevo desastre. Hablaba el Presidente, no de planes sino de leyes, que yo asimile a leyes de continuidad, en las que se empoderen a ciertas instituciones para que desde un principio del siniestro tomen el empoderamiento y control de la situación y paralelamente estén informándole al alto gobierno sobre el desarrollo de la situación, la magnitud de los daños, los avisos que hay que darle a la comunidad, el control de posibles eventos catastróficos como los tsunamis, como el pillaje, etc.

Ante un desastre no nos podemos dar el lujo de perder ni un minuto de reacción ya que eso es bastante tiempo. Las leyes tienen que estar listas, estudiadas y reglamentadas de forma tal que se constituyan en planes de acción con actividades, recursos, responsables, presupuestos, empoderamientos provisionales totalmente eficaces, lo que los gringos llaman “accountability”, es decir definir sin ambigüedades quien es aquel que tiene TODA la responsabilidad , poder y control de forma que NO haya campo o lugar para excusas de ineficacias.

La pregunta es, qué tanto estamos preparados a nivel de país en Suramérica para afrontar eficientemente una catástrofe sin tener que esperar que todo sea informado al Presidente para que él o ella se reúna con su gabinete, consultores y demás autoridades para comenzar a improvisar una respuesta? Los planes tiene que estar bien desarrollados y probados antes de la catástrofe, recordemos que en el caos no es posible planear de manera racional, eficaz y con la obtención de los mejores beneficios.

Que Dios bendiga América.

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